Los platillos calientes se ofrecen de viva voz a los clientes
La idea de comer de tapas lleva implícita la búsqueda, además de buenos platos, de un ambiente informal, distendido y divertido. Por eso, La Taperia de El Nacional importó una fórmula que encanta a los clientes, las tapas al cante o a la malagueña: el personal de sala va cantando los platos calientes recién elaborados que salen de la cocina y los va sirviendo a los clientes que levantan la mano y lo solicitan, como en una subasta.
En este restaurante se ha tenido un cuidado especial a la hora de elegir al personal de sala, que tiene un papel protagonista tanto a la hora de cantar las tapas como a la hora de recomendar a los comensales los platos y advertir a la cocina de lo que demandan para adecuar en cada momento la oferta a las preferencias de los clientes. Así, cuando usted se siente a la mesa, un camarero le tomará nota de las bebidas y tapas frías, y le dará algunas pistas sobre lo que se está cociendo en la cocina. Una vez servido, comienza el festival del tapeo.
Mapa de tapas gourmet
La carta de La Taperia es un auténtico mapa de la Península condensado en más de cuarenta propuestas fijas a las que se van añadiendo otras según los productos de temporada. Sin duda, la propuesta ideal para disfrutar de la experiencia de tapear.
Entre las tapas frías, además del excelente jamón ibérico de Guijuelo que se degusta en todo El Nacional, no faltan una tabla de quesos de calidad, una tabla de embutidos y varias ensaladas, como la personal versión de la ensaladilla rusa, la de habitas con jamón ibérico y menta, la esqueixada de bacalao desmigado con tomate y aceitunas, el salpicón de pescado y marisco y las típicas Gildas del Norte.
El espectáculo llega con las tapas calientes. No faltan las patatas bravas ni las croquetas de jamón o los huevos estrellados, las frituras de pescado (bacalao, calamares a la andaluza, pulpo, gambas de Huelva) ni el marisco (navajas, mejillones al vapor).
Pero las estrellas son aquí los platillos de arroz y las fideuás; entre los primeros, paellas mixtas de carne y pescado, negras, de marisco o de verduras. La fideuá y la fideuá negra se sirven siempre con alioli para que el comensal lo añada a su gusto.
En un almuerzo o cena, aunque sea a base de tapas, no pueden faltar unos postres variados y representativos de varias regiones, desde los piononos de Granada hasta la crema catalana, pasando por clásicos como el flan o el arroz con leche, la macedonia de frutas o una versión del pan con chocolate, aceite y sal.